Vamos a profundizar un poco sobre
LA REPERCUSIÓN DEL ACTA NOTARIAL DE CGT en el caso
FORMADOR DE EUSKOTREN.
Según lo previsto y a diferencia del caso sobre la OPE de OSAKIDETZA, los medios de comunicación han decidido que el acta notarial en que la CGT denuncia el caso de la plaza de Formador en Euskotren no es noticia. Sin embargo nosotros vemos necesaria cierta reflexión sobre este tema.
La CGT puso en circulación el acta notarial en las redes sociales y mediante comunicados internos. Esto provocó que recibiéramos varias llamadas desde diferentes ámbitos:
MEDIOS DE COMUNICACIÓN:
Se recibieron llamadas de la prensa que nos pidieron el acta notarial. Se les facilitó el documento. Nos consta que se elaboró un artículo en un medio de máxima difusión. Un periodista de ese medio nos informó de que "el artículo está elaborado y entregado pero desconozco lo motivos por los que no se publica". Nosotros nos lo podemos suponer.
VIA JUDICIAL:
Desde CGT se ofreció a alguno de los candidatos afectados que nos mostró su disconformidad con el proceso, el iniciar las reclamaciones judiciales. Se nos contestó que "no merecía la pena y que tenía miedo a represalias".
VIA POLÍTICA:
Se recibieron llamadas de partidos políticos en Euskadi. Entregamos el acta notarial a un portavoz parlamentario vasco e incluso nos entrevistamos con el Secretario General de un partido mayoritario en el ámbito de Euskadi. Se dieron por informados. Suponemos que en el futuro aparecerá el caso en algún debate político.
En CGT asumimos que somos incómodos para las mecánicas de control social que operan en ésta sociedad. No podemos esperar que se hagan eco de cualquier iniciativa en la que se recoja el trabajo de fondo que hace la CGT, salvo que les convenga a "ellos".
Sin embargo este caso ha coincidido en el tiempo con la denuncia de la OPE de OSAKIDETZA por lo que se crearon algunas expectativas en cuanto a que sería conveniente utilizar el caso de EUSKOTREN para evidenciar que el sistema clientelista de los partidos políticos se emplea de modo general en el ámbito público.
En la reflexión sobre los motivos por los que se ha decidido que no sea noticia, hemos encontrado otros elementos.
Hay implicada demasiada gente. En el caso de EUSKOTREN se está denunciando el proceder de varios partidos políticos. Al menos PNV y PSOE, que hizo lo mismo cuando estuvo en la Dirección de la empresa.
Pero el elemento que hace este caso diferente y peliagudo es la complicidad sindical. En este caso la posición de ELA es impresentable, pero no hace mucho tiempo la UGT también nos maravilló con todo tipo de trapicheos cuando el PSOE estuvo en la Dirección.
En otros tiempos fué CCOO quien coonsiguió que varios delegados suyos pasaran a la Dirección, iniciando este mecanismo de corrupción política y sindical en Euskotren, que en mayor o menor medida ha ensuciado a todo el sindicalismo en esta empresa. (Por no hablar de ETS que daría para otro artículo).
Es decir, quien abra este melón se enfrenta a los partidos políticos, sindicatos e incluso a cierta parte de la plantilla que se han convertido en cómplices necesarios para que este modelo clientelista funcione. Demasiados frentes abiertos para que les merezca la pena.
Tanto la prensa como los partidos políticos tienen poco que ganar y nadie está dispuesto en hacerse, de golpe, con tantos enemigos.
Mientras, en Euskotren se siguen llenando los puestos con gente fiel al partido/sindicato y la gente con perfil mas técnico y profesional queda relegada a un segundo nivel.
La calidad del servicio, e incluso la seguridad en el servicio, queda dañada sin que, parece, a nadie le importe. El dinero público se está utilizando para pagar "servicios prestados" a sindicalistas con el visto bueno (y cola de espera) de varias secciones sindicales en Euskotren.
En cuanto a la repercusión mediática no tenemos nada nuevo que decir, son los medios controlados por quienes los pagan los que deciden que algo sea noticia o no. El poder se guarda celosamente para sí esa capacidad. Es un error pensar que sus herramientas las podemos usar a nuestro favor.
En cualquier caso, estamos acostumbrados y la repercusión ha sido mayor de la prevista inicialmente.
En CGT como el colibrí de la fábula: YO HAGO MI PARTE.